La prioridad está en la seguridad de los Juegos Olímpicos de Río

Los Juegos Olímpicos Río 2016 tienen una prioridad: la seguridad de todos sus participantes y espectadores. 85.000 policías velarán por la seguridad del evento.

Las novedades sobre los Juegos Olímpicos Río 2016 llegan en un aspecto que normalmente pasa desapercibido: los Juegos Olímpicos Río 2016 estarán bajo una estrecha vigilancia. 85.000 policías se encargarán de vigilar el correcto funcionamiento de los Juegos Brasil 2016. Aunque el gobierno brasileño asegura tener la seguridad de los juegos olimpicos 2016 totalmente bajo control, este aspecto se ha convertido en una de las preocupaciones más importantes tras los atentados ocurridos recientemente en París.

Tanto es así, que la construcción de los estadios e instalaciones deportivas ha pasado a un segundo plano, y la seguridad de los juegos olimpicos 2016 ha pasado a ser el tema estrella. El asunto se complica dados los altos índices de violencia registrados habitualmente en las ciudades organizadoras del evento y especialmente en Río de Janeiro.

Sin embargo, la experiencia del país organizando grandes eventos, como el Mundial 2016 y la reciente visita del Papa, dan tranquilidad a los organizadores de los Juegos Olímpicos Río 2016. Brasil destinará no obstante 85.000 policías para garantizar la seguridad de los Juegos, y países como Francia se han ofrecido para ayudar al gobierno en caso de que necesiten reforzar el dispositivo de seguridad.

Cabe recordar que Brasil tiene 17.000 kilómetros de fronteras por lo que presenta una importante vulnerabilidad a la hora de controlar el acceso a su territorio. Además, Brasil no tiene una experiencia importante en la lucha anti terrorista, y de hecho no tiene una legislación específica al respecto, dado que no ha sido blanco de este tipo de actividades.

La presidenta Dilma Roussef aprobó el mes pasado una medida extraordinaria que permitirá a los extranjeros acceder a Brasil sin visado, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos Río 2016. Con esta medida se pretende favorecer el turismo de los países cercanos geográficamente y de Estados Unidos, China, Japón y Australia, con vistas a mejorar la afluencia en los estadios donde se celebren los Juegos Olímpicos Río 2016.