Las niñas de la natación olímpica

Crónica de la tercera jornada

Missy Franklin, oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012
Missy Franklin, oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012

La natación de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 no ha defraudado en las tres primeras jornadas de competición; estamos viviendo carreras con pronóstico incierto y resultados sorprendentes, donde nadadores anclados en la élite, pero situados en un segundo escalón respecto a los súper favoritos, están convirtiendo al Centro Acuático de Londres en el teatro de los sueños de las nuevas niñas de la natación mundial, Missy Franklin y Ruta Meilutyte firmaron ayer en los 100 espalda y braza respectivamente, su firme candidatura a ser elegidas como reina de los Juegos.

De Melissa Jeanette Franklin conocíamos muchas cosas antes de que comenzase la cita olímpica. Sabíamos que partía con opciones en varias pruebas, que había competido con solvencia en los campeonatos de clasificación, y por encima de todo, éramos conscientes de que era la elegida por los medios de comunicación estadounidenses como la nueva estrella de la natación norteamericana. Una prensa acostumbrada a encumbrar a reyes o descenderlos a los infiernos de forma tan abrupta, que Europa necesitaba comprobar en directo si Franklin reunía todas las condiciones necesarias para entrar definitivamente en el olimpo. Que mejor lugar que Londres, para comprobar si era cierto que Missy, como es conocida, era la "Michael Phelps femenina".

Tras un comienzo ciertamente discreto, la estrella de Franklin no comenzó a brillar de forma estelar el primer día. Cierto que el duelo entre Lochte y Michael Phelps eclipsó casi por completo cualquier acontecimiento sucedido en otras pruebas;  con el equipo nacional de relevos 4x100 libre solo pudo ganar una medalla de bronce, metal que vende poco en el competido mercado de la publicidad. Missy Franklin necesitaba una actuación celestial para volver a poner las cosas en su sitio. Era una de las favoritas del 200 metros libre, una prueba durísima en la que tendrá que competir frente a las mejores nadadoras del momento. Como complemento al doble hectómetro, la norteamericana tuvo otro problema que solventar; debería nadar la final de los 100 espalda solo unos minutos más tarde de haberse clasificado por los pelos a la finalísima de hoy. Franklin quedó cuarta en su serie con 1:57.57, agazapada, nadie podía pensar que sería capaz de nadar los 100 metros espalda sin tiempo para el descanso en 58.33

Una niña de 17 años dejaba asombrados a los 17.000 espectadores que poblaban las gradas del Centro acuático de Londres casi al completo. La medalla de Franklin en condiciones extremas, daba la razón a aquellos que auguraron el éxito de la nadadora californiana; con 35 centésimas de ventaja frente a la subcampeona, la australiana Emily Seebohm y medio segundo (un mundo en una distancia como esta) respecto a la medalla de bronce, la japonesa Aya Terakawa. Missy Franklin se convertía en la primera niña dorada de la tarde.

Pero si la hazaña de la americana fue grande, la tarde olímpica reservaba todavía otros momentos históricos para los aficionados a la buena natación. Los 200 metros libre masculino auparon al francés Agnel, certificaron el poder de los nadadores asiáticos y dieron el primer golpe verdaderamente potente a Ryan Lochte. La victoria europea, unida a la del 4x100 el día anterior, y la enorme cosecha de medallas que están consiguiendo los asiáticos en la piscina, dejan claro que estamos ante una natación más global, que se prolonga más lejos de Estados Unidos y Australia.

Ya nos había sorprendido en series, con su 1.72 de estatura y 64 kilos de peso, Ruta Meilutyte destrozó el cronometraje de la tarde londinense. Llegada desde Lituania, cuando el comité olímpico de su país volvió a los Juegos Olímpicos en 1992, Meilutyte ni había nacido.

[video:http://www.youtube.com/watch?v=Bxzz7BN0ztk]

Ahora es la gloria de un país acostumbrado a narrar hazañas baloncestísticas.

Rebecca Soni estuvo a punto de arrebatar la gloria olímpica a la joven lituana, pero en una resistencia de arrojo y profesionalidad, Ruta lanzó su última brazada cuando no le sobraba el aliento; afortunadamente para ella, toco la pared de la piscina ocho centésimas más rápido que su rival. Lituania ganaba el oro, Estados Unidos y Japón debían rendirse ante la exhibición de una niña de 15 años, fue la segunda proeza de la natación que viene…en Río 2016, estas jóvenes serán las abanderadas de este deporte, disfrutemos de su talento prodigioso.